Primer Encuentro
Institución Educativa José Asunción Silva
Un nuevo día se abre con las ansias de reconocer un lugar y volverlo propio, un lugar para hacer preguntas, para interactuar para conversar, para conocer, para presenciar en él el inicio de lo que se volverá oportunidad para que pase por nosotros maestros en formación, oportunidad para dejarnos mover, sentir y palpar.
Ver la entrada al plantel educativo, leer su nombre Institución Educativa José Asunción silva poder ver su entrada, puertas, ventanas todo lo que la compone, creó un impacto en mí, el reconocer y darme cuenta que a pasos se encontraba lo que por muchos días me pregunté el cómo sería se estaba realizando , poder empezar a creer y a sentir que éste lugar será un espacio lleno de aprendizajes, de retos, de preguntas y de hallazgos va removiendo todo lo que me compone como ser humano, querer saber cómo es por dentro el plantel educativo puede ser algo mínimo para lo que pueda observar de ahora en adelante.
Con pasos de gigantes, avanzamos al lugar de nuestro primer encuentro, allí nos recibe la coordinadora, nos muestra someramente la Institución y nos presenta con los maestros cooperadores.
El saludo y el inicio nos llevan a nuestra primera interacción; miradas, voces y silencios en un sólo lugar nos reúnen para crear un reconocimiento. Las palabras del Profe Manuel nos ayudan a conectarnos con todo aquello que se encuentra a nuestro alrededor, encontrarnos con los maestros cooperadores nos ayuda a reconocer aquella primera impresión que atrae preguntas, saludos y reflexiones.
Una canción que ameniza el momento de encuentro y un ejercicio que nos da la oportunidad de crear una conexión entre todos... ¿Qué ofrezco? ¿Qué busco? y es así como se inicia una socialización en la que todos y cada uno tenemos la oportunidad de compartir, de expresarnos, de escuchar y hacernos escuchar. Y es así que llegan las decisiones, los acuerdos, nuestro primeros pasos para llevar a cabo un diálogo, una conexión, un reconocimiento. Caras de dudas, de desacuerdos, de reflexión, voces que evocan soluciones o problemas, éste fue el momento en el tuvimos la oportunidad de escoger a nuestro maestro cooperador y con él el grado a cargo.
Voces por doquier se oían, conciliaciones y discrepancias, y finalmente respuestas y soluciones, así se nos permitió reconocer mucho de lo que podíamos esperar como de lo que no.
De esta manera, el tiempo que nos regaló la coordinadora al explicarnos la misión y la visión de la Institución Educativa nos ayudó a reconectarnos con lo que contábamos a nuestro alrededor; así mismo poder salir y experimentar lo que era pasar por cada uno de los salones, la sala de maestros, la cancha, la biblioteca y demás, nos permitió sentir lo que era respirar el aire particular del plantel educativo.
Recorrer el lugar, pasar por aquellos lugares donde niños y maestros pasan en sus días de clases y en los descansos, creó en mí un deseo de regresar y poder vivir nuevas experiencias.
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Reunirnos con el Profe Manuel nuevamente y conversar acerca de todo lo que hasta el momento de ésta mañana habíamos vivido, nos hizo sentir más tranquilidad y confianza, poder compartir lo que sentimos y pensamos nos permitió crear un lazo más fuerte entre cada uno de nosotros.
Finalmente, tuvimos la oportunidad de dialogar con cada uno de nuestros maestros cooperadores , conocernos un poco más y poder escucharnos mutuamente , compartir lo que teníamos por decir hizo que hubiera un vínculo más estrecho y amable entre maestro cooperador y maestro en formación.
Poder conversar con mi maestra cooperadora, la Profe Patricia y con la Profe Rocio, ambas de Preescolar y así mismo compartir con mi compañera Marleny, las preguntas, dudas e inquietudes que teníamos acerca de nuestro futuro aprendizaje al lado de ellas, nos permitió conocerlas y conocer un poco de aquello que prontamente llevaremos a cabo. Ellas dejaron abiertas la puertas de Preescolar para nosotras, para prender, ayudar y compartir todo aquello que estemos dispuestas y deseamos vivir.
Medellín, 21 de Noviembre de 2014
Los hombres no se hacen en el silencio, sino en la palabra,
en el trabajo, en la acción, en la reflexión.
Paulo Freire.
Interacción y experiencia
Un primer día que me permite sentir y reconocer todo aquello que me rodea allí en la Institución Educativa José Asunción Silva, mi segundo día de pisar el plantel educativo, pero el primero en interactuar con mi maestra cooperadora Patricia y con los niños que este año acaban su paso por el Preescolar.
El ruido y el silencio se mezclan con cada uno de los pasos que doy hasta llegar al final del recorrido de la entrada principal hasta las aulas de Preescolar...El salón de clase, los niños que corren por el patio, las escaleras y el jardín y los que esperan sentados en el corredor de su salón, la maestra y su saludo de bienvenida, el ¿Cómo estás? y el ¿Me recuerdas tu nombre? abrieron paso a interactuar y obtener pequeñas instrucciones. La profe me muestra el salón, los cuadernos y las herramientas que son utilizadas en ocasiones en las clases, me explica que será de nuestra mañana en compañía de la profe Rocío y los dos grupos de Preescolar.
Presenciar la interacción que se encuentra entre las maestras y los estudiantes; aquellos niños ansiosos, impacientes, juguetones y aquellos otros silenciosos, tímidos, estáticos más las reacciones de las maestras, mientras los niños se organizan para empezar a cantar el primero de tantos villancicos que ya habían ensayado, me regala la oportunidad de observar y de preguntarme por mucho de lo que apenas empezando me regalan un grupo de niños y dos maestras.
Escuchar el grito de una de las maestras hacia diferentes niños que no quieren prestar atención me trae a la cabeza mil preguntas, de qué manera se puede pedir orden cuando el grito crea miedo o para qué el grito, sí el niño sólo calla un segundo y regresa a hacer lo que venia haciendo...Pedir silencio y orden.
Hoy los niños comparten al lado de sus maestras unos villancicos para todos los demás niños de la Institución, su empeño en aprenderse cada una de las canciones quedará resaltada en su presentación frente a todos. Una presentación que empieza con problemas; el mal sonido, el bullicio de los demás niños, el desorden y la poca importancia que le dan a los niños de Preescolar que a pesar de todo inician con su primer villancico pero que finalmente lo hacen sin ser escuchados por muchos.
La despedida de año de los niños de los demás grados dejaba ver las ansias que tenían de regresar a sus salones y no desear escuchar a los pequeños de Preescolar, así fue como la maestras de Preescolar se impacientaron y gritos por aquí y por allá empezaron sin recibir respuestas.
Observar esto y preguntarme por soluciones me empezaba a inquietar, finalmente las maestras decidieron cambiar de lugar hacia la entrada de la Institución y dejar que los niños de preescolar compartieran tres canciones más de las que con esfuerzo habían ensayado.
Al final, el último grito de ayuda termino funcionando y todos se desplazaron a escuchar los villancicos, pero con el desplazamiento continuaron los gritos, las risas, el desorden y los "Cuándo nos vamos, falta mucho, que pereza". Sin embargo el lugar era más pequeño no quedó de otra que silenciarlos de nuevo a gritos, terminaron escuchando a los niños de Preescolar, una reflexión de parte de la coordinadora y de fondo ruido y más ruido.
Poder observar todo esto, a los demás maestros con sus grupos y ver de qué manera pedían silencio me hizo reconocer y comprender que las cosas no siempre saldrán como se desea, que en ocasiones se pueden salir de las manos pero que siempre se debe buscar soluciones y no permanecer sólo gritando o con los brazos cruzados.
Se termina el acto con entrega de diplomas, aplausos y sonrisas. Los niños de Preescolar se dirigen a sus salones con cada una de sus profesoras, se realiza un último compartir con ellos y la profe Patricia los felicita por su presentación, se hace la entrega de sus cuadernos.
Mientras los niños esperan sentados, un pequeño niño de 5 años llamado Dylan me empieza a contar la historia de su superhéroe favorito y me cuenta de qué manera cambian sus poderes y cómo peleaba con el villano, escucharlo me puso a pensar que todos aquellos problemas que ocurrieron durante la presentación resultaron siendo nimios para los niños, ya que para ellos lo más importante era reír, compartir y ser escuchados.
Tener la oportunidad de compartir con las maestras y los niños, me permitió abrir más los ojos a aquel mundo al que poco a poco enfrentaré para aprender, reconocer, y aprovechar mucho más.
A pesar de haber sido el parasol personal de la profe Rocío, ya que no podía recibir sol por su reciente operación, comprendí que hasta de eso podía aprender, por más sorprendente que me pareciera.
...De regreso
Medellín, 23 de Enero de 2015
Comenzaron las clases. ¡Cuántas alegrías e impresiones nuevas me proporcionaban los días de escuela! (…) Cada día se enteraba uno de algo nuevo, cada lección descubría alguna faceta aún desconocida de la vida.
Aleksandr Kótov
Regresar de nuevo.
Empezar el año con una nueva entrada al Centro Educativo, encontrarte nuevamente con los niños que corren de aquí para allá, con los maestros y especialmente con la maestra cooperadora.
Reconocer en ella la compañía y la guía, un saludo que lleva de inmediato a tener presente el quehacer cotidiano del maestro, a su día a día y al significado de lo que es iniciar un nuevo año lleno de aprendizajes en compañía de grandes y chicos, de maestros y estudiantes que cada día que pasa nos enseñan siempre cosas maravillosas, desde los detalles más pequeños hasta los más grandes.
Recibir a los niños que recientemente entran a la Institución, la unión de los dos Preescolares y muchos niños corriendo para lado y lado, la voz fuerte de las maestras llamando su atención, las reglas básicas que desde la primera semana empezaron con cada uno de los niños, el momento de adaptación; ya que hablando con las maestras pude conocer que para los niños el inicio de clases en un lugar que no es conocido para ellos puede resultar frustrante y difícil, pues rompe con la rutina y con la protección que les brinda la presencia de sus padres (mamá o papá). Y para ser más llevadero este proceso las maestras cuentan con unos planes de clase que les permite a los estudiantes tener la oportunidad de adaptarse con facilidad y con mucha más tranquilidad, para que de esta manera aprendan, por medio de canciones, de actividades lúdicas y de juegos lo importante de compartir con sus compañeros de clase, lo bueno de aprender jugando y prestando atención a todo lo que los rodea.
Comenzando el día las maestras me invitaron a compartir sus clases con ellas, para que así aprendiera y conociera de todo aquellos que se les enseña a los niños.
Poder observar y compartir, tanto con los niños como con ellas, me hizo reconocer que hay cosas que no son tan fáciles, como la preparación de clases y que cada cosa planeada salga como imaginamos debería salir pues no siempre resulta, pero finalmente de todo se debe aprender y lograr buscar inmediatas soluciones.
Con la oración del inicio del día y el saludo a todos, se da paso seguidamente a cantar y a bailar entre todos la canción Aceite de Iguana, unos más alegres y otros no tanto empiezan a participar de la actividad, va trascurriendo el tiempo de la canción y el baile, cada profe canta y baila con ellos, mientras yo me hago al lado de los más estáticos y los invito a compartir y a bailar con los demás, las profes les llaman la atención y les piden bailar con sus compañeros y conmigo para que se despiertan y disfruten.
Finalmente, se termina la actividad de la canción y el baile y entre las profes y yo los organizamos para ver una película llamada Valiente de Mark Andrews y Brenda Chapman. Yo ayudé poniendo el DVD mientras las profes los organizaban en el piso del salón para que pudieran tener una mejor visión de la película.
Hubo inconvenientes, pues el televisor no tenía buen sonido y la bulla de los niños de los otros grados que se encontraban afuera, no dejaban que los niños de preescolar se concentraran en lo que decían en la película.
Las distracciones aparecieron una y otra vez en el transcurso de la película, unos hablaban, otros reían, otros jugaban y pocos prestaban realmente atención a lo que pasaba en la historia.
La profe Patricia le llama la atención a uno y otro y hubo momentos de calma y atención, yo seguí de alguna manera sus pasos y le llamé la atención a algunos para que pudiéramos entre todos escuchar la película, de ella sólo pudimos apreciar la mitad, pues los niños debían salir al recreo y tuvimos que parar la película para que todos descansaran y disfrutaran juntos; jugando, comiendo, corriendo y hablando sin llamarles la atención a no ser por su propio cuidado, pues es necesario prestarles siempre atención.
Mientras salen, las profes me indican donde los debo ubicar a todos para que ellos cómoda y juiciosamente coman. Salimos al patio en fila y los guío para sentarlos en la línea amarilla que está marcada en la cancha y así cada uno va tomando su lugar y sacan sus refrigerios, después de comer llega la hora de jugar, sacan sus juguetes o simplemente corren por toda la cancha entre pequeños grupos de compañeros. Unos sacan sus muñecas y otros sus carritos, otros juegan con la arena o con las hojas de los árboles.
Las profes llaman para poder regresar nuevamente al salón, todos entran finalmente para hacer la actividad de relajación que dura aproximadamente 10 minutos y así se pasa a la oración final del día y a la despedida. Los padres llegan por cada uno de sus hijos, mientras los vamos llamando a lista la profe y yo, con la escarapela que le pertenece a cada uno.
Después de finalizar la primera sesión de clase y de despedir a los niños, las profes y yo nos reunimos para hablar acerca de los planes de clase que se llevará acabo con los estudiantes durante las próximas semanas, cumpliendo así con el compromiso de Práctica.
Ellas tuvieron toda la disposición para escucharme y fue muy amable de parte de cada una, aconsejarme en qué debía agregar a cada plan de clase, puesto que los niños estaban en el proceso de adaptación. Poder compartir con ellas en la mañana, observar sus clases y la actitud que tomaban frente al desarrollo de las clases, hizo sentirme cómoda y alegre por un primer día lleno de muchos aprendizajes en el que los nervios y las dudas se fueron disipando poco a poco.
Medellín, 30 de Enero de 2015
A llevar a cabo el primer plan de clase
A empezar el día con el temor de cometer errores, pero también con la ansiedad de iniciar la clase con aquellas ideas, actividades, con aquel primer plan de clase que tendré la oportunidad de llevar a cabo.
Un día claro, soleado y bulloso, la entrada al colegio se siente muy propia, se convierte en días agradables para aprender y para compartir aquello que he ido aprendiendo.
Los niños corren al patio con las ganas de querer jugar, pero hoy las profes le tienen algo diferente para que puedan realizar.
Una visión de aprendizaje en el que el juego, la atención, la participación y la concentración se unen para que todos los niños se motiven, aprendan y jueguen, propiciándoles un aprendizaje diferente y muy divertido.
Correr al rededor de la cancha, empezar con el momento del calentamiento, hoy todos los niños empiezan su clase con un día muy activo.
El sol y el clima hace perfecta la actividad que las profes con ánimo le enseñan a los niños. Unos empiezan lentos y otros con más ánimo, los gritos de las profes animándolos a correr y continuar despiertan a más de uno y después de varias vueltas dadas a la cancha, las profes sacan los balones para crear con éste una herramienta de socialización en la que los niños en parejas tengan la oportunidad de dar inicio a un momento de disfrute y de compartir.
Todos comienzan con la actividad guiada por las profes quienes les muestran de qué manera se debe hacer correctamente el ejercicio, unos se equivocan y otros lo hacen mejor y de esta manera, va transcurriendo la mañana con diversas maneras de seguir aprendiendo con el balón y con los ejercicios propuestos por las profes.
Algunos de los niños con cara de cansados y sudando, otros con ganas de continuar con la actividad y el juego con el balón, pero después del tiempo necesario para la actividad las profes dan por terminado el ejercicio y yo me encargo de llevarlos al baño para que ellos puedan disfrutar de su recreo finalmente.
Después de la ida la baño las profes separan sus grupos de preescolar A y B, y yo en compañía de mi profe cooperadora Patricia los guío hacia el restaurante para que todos puedan organizarse y comerse cada uno su refrigerio, mientras que el grupo de la profe Rocío entra a su salón de clase.
Los niños aprovechan su momento de comer, la profe me invita a encargarme del grupo la hora que sigue, de compartir mi primer plan de clase con ellos, así mientras ellos comen yo organizo el espacio y los materiales que utilizaré en la clase.
Al regresar al restaurante le ayudo a la profe llevando a los niños al patio, para que ellos saquen sus juguetes y puedan disfrutar de su recreo, la profe me pide que les preste atención a cada uno, para que no hayan accidentes o se aporreen.
Cada uno aprovecha su momento de recreo jugando en pequeños grupos o solos con sus juguetes, unos corren y otros se quedan en un sólo lugar disfrutando de su juguete por un buen tiempo.
El momento de recreo termina y la profe Patricia los llama para que se dirijan al baño y regresen al salón, yo me encargo de acompañarlos hasta el baño y regreso al salón con la seguridad de que no se haya quedado ninguno por fuera.
Después de entrar todos, la profe hace con ellos como siempre la actividad de relajación con música instrumental de fondo, para que ellos puedan tener un momento de descanso después de el agite del día. La profe termina el momento de relajación y a mi me invaden un poco los nervios después que la profe le dice a los niños que yo continuaré con la clase, sin embargo los nervios no fueron impedimento para iniciar mi clase y de alguna manera me empujaron a comenzar ansiosamente la clase.
Después de un saludo corto y de mostrarles una imagen con una carita, les pregunté en general que significaba y muy participativamente algunas voces me respondían "hagamos silencio" "significa hacer silencio profe" " que nos quedemos callados" "shhh"... y así di inicio a mi clase, luego de hablarles de las reglas básicas antes de iniciar con el cuento que les tenía preparado, todos en orden empezaron a hacer silencio, así les dije que para hoy teníamos la visita de alguien llamado SOL y que el cuento que iba a hablar de él, se llamaba El sol que da vida, para la clase llevé unas imágenes que mostraban en secuencia la historia del cuento y cada uno de los niños entusiasmados opinaban acerca de ellas, cada una representaba una parte de la historia y mientras les contaba el cuento, les preguntaba que era lo que aparecía en la imagen y qué significaba, o a qué se les parecía, o qué creía que era y la clase se fue volviendo muy amena y bastante participativa.
La profe Patricia me iba ayudando a pegar las imágenes a un lado del tablero y a poner orden cuando aparecían distracciones. Me llevé un buen tiempo de la clase y los niños quedaron muy contentos con el cuento y las imágenes, y cada vez que se les daba la palabra opinaban acerca de las imágenes y de la historia en general del cuento que por medio de preguntas pude darme cuenta que estaban comprendiendo muy bien la historia.
Finalmente, les llevé a cada uno la imagen de un sol grande para que pudieran colorear, pero tristemente el tiempo de la clase se agotó y ya era hora de despedir a los niños y entregárselos a sus padres, así que las imágenes para colorear la porfe las guardó y se encargó de dárselas en la próxima clase.
Las imágenes del cuento quedaron adornando una parte grande del tablero, para que los niños recordaran el cuento cada vez que quisieran apreciarlas.
Y así, se terminó mi primera intervención de clase, que realmente me llenó de alegría y de tranquilidad.
La profe y yo empezamos a llamar a lista para despedir a los niños, al final quedamos solas y ella me compartió su apreciación de la clase y me aconsejó en algunas cosas para que lo aplicara en la próxima.
Me explicó de qué manera se puede unir diferentes áreas en una sola clase con los estudiantes de preescolar, como se puede aprovechar una clase y hablar acerca del lenguaje, de matemáticas, ciencias, geometría y demás áreas sin necesidad de decirles a los estudiantes que el día de hoy se trabajará ciencias o matemáticas.
Mientras hablábamos la profe me pidió el favor de ayudarle a recortar algunos pliegos de papel Contac y me explicaba para que iban a ser utilizados, pues ellas se encargan de poner el nombre que les corresponde al cuaderno de cada estudiante y el papel Contac lo utilizan por estética y para mayor facilidad al momento de buscar el cuaderno de cada niño que por algún motivo lo necesitan.
Le ayudé con los recortes del papel y a pegar algunas excusas de asistencia en los cuadernos correspondientes y de esta manera, terminé mi segundo día de observación en el colegio y el primero de mi intervención de clase, del que aprendí enormemente y me sentí finalmente tranquila y llena de orgullo, de alegría y satisfacción.
Tener la oportunidad de ver la cara de cada uno de los niños y su entusiasmo mientras daba la clase, me enseñó mucho y eso es lo que me hace sentir con mucha más felicidad.
Medellín, 6 de Febrero de 2015
Segunda intervención: A seguir aprendiendo
De regreso al Centro Educativo y algo preparada ("algo" porque los nervios no se van, pero con ganas de hacerlo mucho mejor que la primera intervención) para lo que será mi segunda intervención de clase, un poco menos de nervios, pero definitivamente la misma ansiedad y las mismas ganas de querer que todo salga muy bien.
Me encuentro como es normal con las profes y esperamos a que los niños ingresen al colegio, las profes me preguntan acerca de la clase que daré y me brindan algunos consejos.
El timbre suena y los niños entran al colegio y hacen la fila que les corresponde como ya es rutina fuera del salón, se organizan y seguidamente empiezan entrar uno por uno, y a tomar su lugar.
La profe Patricia inicia la clase y les recuerda a todos las reglas básicas de cada día en clase e inicia con las oraciones que cada uno de los niños se han venido aprendiendo en el transcurso de las clases.
Primero la oración Institucional, la oración a Maria, dar gracias a Dios y por último la canción de Doña semana, pues la profe la utiliza para que los niños vayan aprendiendo los días de la semana. Y como es de costumbre empieza escribiendo la fecha en el tablero, preguntándoles el día y recordándoles el nombre de cada día, el mes en que estamos y finalmente en que año.
Para que ellos se aprendan con más facilidad los días, la profe asocia la primera sílaba que tiene la palabra del día con un objeto, en este caso el día Viernes con un Violín, así dibuja el violín y les pregunta cómo se llama el objeto y sí es ese objeto entonces que día es. Después continua preguntando el resto de la fecha, el mes y el año.
Y es así como la profe termina con su intervención y me permite pasar ahora a mi a tomar el lugar de ella.
Para la clase les llevé la canción de la Serpiente y las imágenes de cada momento de la canción, en secuencia.
Inicié recordándoles las reglas básicas de la clase, mostrándoles nuevamente la imagen de la carita en silencio que estaba pegada en el tablero, para que así me prestaran atención a la actividad que íbamos a realizar, a continuación les puse la canción de la Serpiente y les pregunté quién la recordaba, todos en coro empezaron a cantarla y ya que se la sabían les pregunté cómo era una serpiente, qué hacia, si tenía patas o no y eso me dio la oportunidad de que las respuestas me llevaran a actuar con ellos, pues les pedí que me mostraran cómo hacían las serpientes y muchos se arrastraron por el piso del salón participando así del transcurso de la clase.
Mientras escuchamos la canción y por pedazos la empezamos a cantar les iba mostrando las imágenes y les preguntaba según la imagen qué creían que seguía, para que así fueran asociando las partes de la canción con la imagen y viceversa.
Todos participaron con buena disposición, unos cantaban y otros respondían a las preguntas que les hacia por la imagen hasta que al terminar de cantarla y de observar las imágenes, empecé a preguntarles por sí sabían qué comían las serpientes, si eran peligrosas o no, y algunos me respondían con interés a cada pregunta formulada y tuve la percepción de que la clase no fue pesada, sino por el contrario muy amena para los niños, para la profe y para mi.
Llegó la hora de salir hacia el restaurante y los llevé hasta allí en compañía de la profe, pudieron entrar organizados y buscar su lugar, entre la profe y yo repartimos el refrigerio a cada uno y mientras comían les prestaba atención para que pudieran terminar con su refrigerio y tuvieran la oportunidad de salir a jugar en el patio.
Al terminar todos, nos dirigimos hacia el patio, así pude ponerles cuidado mientras jugaban o corrían, ya que las profes me dejaron a cargo de ellos por un momento.
Cada uno disfrutaba de su tiempo de recreo y muchos iban jugando en pequeños o grandes grupos o simplemente solos con sus juguetes traídos de casa. Era ya el momento de regresar al salón y todos en orden hicieron la fila para poder entrar al salón, unos más inquietos que otros se hicieron llamar la atención por la profe Patricia, pues era necesario entrar en orden para no tener accidentes a la entrada.
Al ingreso cada uno tomó asiento y la profe inició como de costumbre el ejercicio de relajación, mientras que de fondo se escuchaba música instrumental que los ayudara a relajar un poco, tomar la respiración; inhalar y exhalar, para que así cada uno pudiera relajar su cuerpo después de un rato de mucha actividad corporal.
De esta manera, pude continuar con el final de la clase y ya que habíamos cantado, visto las imágenes y hablado acerca de la serpiente, la profe me ayudó a repartir plastilina a cada niño, para que realizáramos un modelado con ella y así los niños, hacer la serpiente.
Empezamos a decirles las instrucciones de cómo se debía hacer una serpiente, la profe Patricia le mostraba a unos, mientras yo le mostraba a los demás, poco a poco fueron terminando la serpiente, haciéndole los ojos y la lengua, y la profe los invitó a hacer el ratón que que aparecía en la canción que ellos hacía varias semanas habían logrado aprenderse.
Así, empezamos nuevamente con las instrucciones para que realizaran el ratón, unos lo hacían con más entusiasmo que otros, pero finalmente cada uno lo fue terminando y participaron activamente de la actividad.
Finalmente, llegó la hora de despedirse y entre todos recogimos la plastilina que habíamos utilizado.
Los padres de cada niño empezaron a llegar, llamamos a lista la profe y yo, y nos fuimos despidiendo de los niños.
Por último, la profe Patricia nuevamente me aconsejó que siempre es necesario tener varios planes en el transcurso de la clase, puesto que muchas veces no se cumple con todo lo planeado o surgen otras cosas en el desarrollo de ella.
Al quedarme un rato con la profe le ayudé con el recorte de unas fichas con el uso de pliegos de cartulina, pues en ellas las profes dibujarían las figuras geométricas para las próximas clases.
Cada día en las observaciones de clase o en las intervenciones he podido aprender mucho, aunque muchas de las actividades son repetitivas, siempre aparece algo nuevo de lo que se puede aprender, la manera en que una clase puede convertirse en un universo de aprendizajes, de actividades y de una provechosa experiencia que poco a poco se va construyendo, crea en mi mucho más amor por esta hermosa profesión.