Hoy
quiero ser una persona de luz para orientar, para guiar y hacer que mi vida se
apague sirviendo a los demás.
“El
Hombre Vela”.
La clase comenzó y cada martes en Casa Olano la experiencia
pedagógica comenzaba a ser más real y muchos de los estudiantes empezaron a
sentirse más cerca del ejercicio docente. El profesor Manuel Triana entró al aula
de clase y tras saludar a sus estudiantes
del curso Práctica I comenzó a hablar de las antes enigmáticas y ahora
conocidas SD… algo que en los conceptos que maneja el circulo docente se
traduce como secuencias didácticas. Luego hizo algunos comentarios sobre los blogs
que están construyendo los estudiantes del
curso y en cuanto el grupo estuvo completo, puesto que algunos llegaron un poco
tarde, designo los roles del día:
Computador: Diego
Fotografía: Vanessa
Tiempo: José Manuel
Narrativa: Juan Pablo
En la primera actividad
sucedió algo peculiar: música Zen invadió todo el espacio proporcionando que se
formara una atmosfera de interiorización y tranquilidad. El profesor encendió
una vela y la puso en el centro del salón y luego pidió a los estudiantes que
hicieran un circulo a su alrededor. Se tomaron de las manos y todos se sentaron
en el suelo… entonces, comenzó a resonar la historia del hombre vela:
![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg_EU5yWz4qy-JEA5yxT0qG0FucpvIMbuQ8Qq_CLhoJKVCEJuukoJhBOq7V4tg4TL4n7z0eMbodlWDl1ERd9pOnVhwG8c94miq6pLMiTI7SXDWZDlJmOjHwNnxlJ3-o7DC6DnNAhB2u0cs/s1600/vela.jpg)
Una vela encendida representa al alma inmortal… ¡una vela
encendida que ya no aguanto más!
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cuenta de que haber recibido la luz constituía no solo una alegría, sino también una fuerte exigencia. Si, tomó conciencia de que para que la luz perdurara en él, tenía que alimentarla desde el interior, a través de un diario derretirse, de un permanente consumirse. Entonces su alegría cobro una dimensión más profunda, pues entendió que su misión era consumirse al servicio de la luz y acepto con fuerte conciencia su nueva vocación.
También se dio cuenta de que en el mundo existen muchas corrientes de aire que buscan apagar la luz. Y a la exigencia, que había aceptado, de alimentar la luz desde el interior se unió la llamada más fuerte a defender la luz de ciertas corrientes que circulan por el mundo.
Mas aun: su luz le permitió mirar más fácilmente a su alrededor y alcanzó a darse cuenta de que existen muchas velas apagadas; unas, porque nunca habían tenido la oportunidad de recibir la luz, otras, por miedo a derretirse, las demás, porque no pudieron defenderse de algunas corrientes de aire. Y se preguntó muy preocupado: ¿Podré yo encender otras velas? Y pensando, descubrió también su vocación de apóstol de la luz. Entonces se dedicó a encender velas, de todas las características, tamaños y edades, para que hubiera mucha luz en el mundo.
Cada día crecía su alegría y su esperanza, porque en su diario consumirse, encontraba velas de todas partes. Velas viejas, velas de hombres, velas de mujeres, velas jóvenes, velas recién nacidas y todas bien encendidas. Cuando presentía que se acercaba el final, porque se había consumido totalmente al servicio de la luz, identificándose con eso, dijo con voz muy fuerte y con profunda expresión de satisfacción en su rostro… ¡Cristo está vivo en mí!”
“Había una vez un hombre llamado vela, que cansado de
las tinieblas que rodeaban su existencia, se quiso abrir a la luz. Y era esa su
ansia, su deseo, su ambición: recibir luz. Un día la luz verdadera se iluminaba
a todo hombre, llegó con su presencia contagiosa y lo iluminó, lo encendió. Y
vela se sintió feliz por haber recibido la luz que vence las tinieblas y le da
seguridad a los corazones.
A ratos pensaba que hubiera sido más cómodo no haber
recibido la luz, pues en vez de un diario derretirse, su vida hubiera sido un
estar ahí, tranquilamente. Hasta tuvo la tentación de no alimentar más la
llama, de dejar morir la luz, para no sentirse tan molesto.
La historia resultó conmovedora y permitió reflexionar
sobre la luz que cada uno guarda en su interior, una luz que debe de
proporcionar alivio y sosiego en cada vida. Posteriormente, los estudiantes se
pusieron de pie y la vela que los iluminaba desde el centro, mientras el
profesor Triana contaba la historia, comenzó a pasar de mano en mano y de mirada en mirada cada boca
le decía a unos oídos “la sabiduría es la luz y yo te la comparto
porque quiero que te invada a ti”, “mi luz es el amor y hoy, a través de esta
vela, yo te lo doy”, “mi luz es la esperanza… recíbela por favor ya que deseo
que camine contigo”. De esta manera, y
con algunas lágrimas en los ojos, terminó la primera actividad.
El
ejercicio docente se caracteriza por ser un conjunto en el que se encuentran
armónicamente la reflexión y la lógica, puesto que, como es ya sabido en nuestra
época, la mente humana percibe tanto lo abstracto como lo concreto sin
escatimar en ninguno de los dos extremos. Ahora bien, considerando este asunto como
polaridades que se encuentran en un conjunto para conformar una unidad, actividades tales como ejercicios básicos de
lectura para aprender a seguir instrucciones, acertijos para llegar a casa,
trabalenguas y otra clase de juegos didácticos, son la parte que hace de la
mente humana este conjunto completo al que nos estamos refiriendo. El objetivo que cumplen dentro de la enseñanza
este tipo de actividades no es precisamente el de pasar el tiempo en base a
algún entretenimiento; es, todo lo contrario, detener el tiempo para dar
cabida en el espacio al aprendizaje y la
enseñanza acompañados de la diversión que proporciona la atención y la concentración. En otras palabras, lo que ha
pretendido decirse es que después de la reflexión que proporcionó la historia
del hombre vela (extremo subjetivo - abstracto) la clase fue sucedida por una
serie de actividades individuales en los
que el estudiante debía leer muy atentamente el texto que se le pasaba para responder acertadamente
a lo que se le peguntaba (extremo objetivo – concreto). Este tipo de ejercicios,
después de un momento de interiorización, permiten a los estudiantes desarrollar más
profundamente la parte racional de la mente.
Cuando hubieron terminado
esta serie de actividades se proyectó en
el televisor del salón un video en el que cinco chinos eran golpeados cada vez
que no eran capaces de pronunciar acertadamente algunos trabalenguas. El
objetivo de este estrafalario video era mostrar
a los estudiantes otras formas de promoción de lectura y ayudarles a comprender,
en cierta medida, que la creatividad juega un papel muy importante en la
práctica docente.
La clase se cerró con un
acercamiento a la poesía donde el poema de Gia Franco Pagliaro titulado “El
Pacto”, y el de Miguel Ramos Carrión titulado “El seminarista de los ojos negros”,
acompañados de “El duelo del mayoral” del Indio Duarte, “El amor” de José Luis
Perales, y finalmente “A mi padre” de Manuel Orta, fueron declamados en un
reproducción sonora mientras que los estudiantes del curso seguían la lectura
de los mismos en el papel.
Finalmente, se acordaron los
siguientes compromisos:
Antes del 10 de febrero debe
entregársele al profesor la secuencia
didáctica corregida.
El martes 10 de febrero se
expondrán todas las secuencias didácticas.
El martes 24 de febrero se
realizaran las exposiciones finales de los blogs y para esta misma fecha es la
entrega definitiva de las secuencias didácticas.